La historia del cine está llena de literatura. Cientos o miles de libros se han llevado, como suele decirse, a la pantalla. Pero la experiencia del espectador no se ha colocado en el centro de ese proceso. La labor de traducir en imágenes y sonidos las historias y las ideas leídas, la posibilidad de estudiar cómo podría configurarse el teatro mental espontáneo de cada lector, son objetivos más bien minoritarios, a pesar de su formidable interés y su cotidianidad vital entre los ciudadanos que leen libros y van al cine.

A propósito de una nueva edición de Las noches blancas, de Fiódor Dostoievski, una novela en la que una historia amorosa aparentemente convencional se describe a través de un muy peculiar paisaje urbano nocturno, en el San Petersburgo de fin de primavera, Carles Torres ha dirigido un experimento cinematográfico en el que hace precipitar ideas insólitas en ambientes, músicas y percepciones que responden a una lectura extraordinariamente fiel del libro y en imágenes que, en vez de estropear la imaginación lectora, la iluminan. El teatro de esa narración es la ciudad. Es también un protagonista silencioso y majestuoso que acompaña a las ensoñaciones de los enamorados.

El director de Nits blanques, un ensayo visual, hablará de cine y literatura con Tamara Djermanovic y Manel Jiménez con el objetivo de invitar al debate a todos los asistentes tras la proyección de la obra.