Democracia, un término muy empleado, incluso podríamos decir que manoseado. Una bandera brandada como coartada para casi todo. Pero, ¿qué significa democracia hoy? Episodios de aspecto diverso la sacuden de manera casi constante, la resignifican, y en los últimos tiempos no suponen ni mucho menos una excepción. Por tanto, es pertinente poner en cuestión sus capacidades, las rendijas que presenta, tomando la temperatura a su evolución presente y, si es posible, tratar de proyectarla a medio y largo plazo. 

El 12 de octubre es una fecha idónea como pocas para cuestionarnos si es posible que el Estado se relacione con neutralidad con todos sus ciudadanos. También para tratar qué ocurre cuando las preferencias de la ciudadanía entran en conflicto con el marco constitucional y cómo debería resolverse. Será en las sesiones ¿Un Estado neutral? Y ¿Puede chocar la democracia con la constitución?, respectivamente. Con una mirada más contextualizada geográficamente, la jornada se cerrará con una mesa redonda que pondrá Las democracias del sur de Europa a examen, diagnosticará sus cicatrices históricas y establecerá similitudes y diferencias entre los casos particulares.

Surgen muchas más cuestiones y algunas de ellas las plantean sesiones del interés de ¿Cómo hacer democrática a la opinión pública?, dónde se examinará cómo se conforman los pareceres ciudadanos aparentemente significativos, o ¿Por qué los pobres no expropian a los ricos?, que bajo este título con punto provocador propone una reflexión sobre el grado de redistribución de la riqueza que admiten los sistemas democráticos actuales.

En El arte de escuchar esto es lo que exactamente desea para los ciudadanos de hoy y del mañana la politóloga estadounidense Jane Mansbridge: la capacidad de atención a lo que dicen los demás como herramienta para garantizar el (buen) futuro de la democracia. Y de las oportunidades a las amenazas, las que suponen la dificultad de expresión de un hipotético gobierno del pueblo cuando el marco es el de sociedades en las que los asuntos económicos se quieren fuera del alcance de la intervención política. Hablará de ello Chantal Mouffe en La amenaza neoliberal a la democracia.

Y no terminan aquí los debates en torno a estas cuestiones. ¿Desglobalización? es una conversación que se pregunta si el concepto del título puede llegar a ser una realidad más o menos viable en un horizonte no demasiado lejano o no pasa de aspiración, a veces emancipadora, a veces reaccionaria. El fin de semana, en Gràcia, también se acecharán las fronteras de la democracia o el significado actual y verdadero de la representación política.