ITINERARIO. La ciudad que queremos

La arquitectura y el urbanismo son mucho más que el decorado de nuestras vidas. Su papel trasciende al componente estético, nos condiciona, aspira a hacernos la vida más fácil y agradable, contribuye a definirnos en el plano individual y en el colectivo. En otras palabras, nos permite organizar, en un sentido físico, las formas de vivir que deseamos, las distintas formas posibles de habitar el espacio. Y evidentemente esto no nos viene dado, es una expresión de nuestra sociedad, de nuestro bagaje, de nuestros rasgos culturales y también de nuestras necesidades y aspiraciones. Por eso no se entendería un evento como la Bienal sin que estas cuestiones sean altamente tratadas. Lo han sido cada edición, también en esta, y son fáciles de detectar en la parrilla de programación, donde el término ciudad aparece con cierta insistencia desde la primera jornada.

El hecho de que nuestras vidas estén en relación con las de los demás, la dimensión social y socializadora del habitar, es lo que sobre todo se abordará en Ciudad y comunidad. A continuación se llevará un poco más allá, sobrepasando lo que es la convivencia entre humanos en Ciudad interespecies: una vez hemos colocado a las personas en el centro del espacio público, quizás hay que dar un paso más y contemplar un marco mental más inclusivo con otra forma de vida.

De la ineludible perspectiva ambiental se ocupa Ciudad casi cero, una sesión que encara realidades incómodas y urgentes y despliega sobre el mostrador términos como emisiones, movilidad o desaceleración. Y, como complemento, tenemos la oportunidad de desarrollar el concepto Ciudad circular en una sesión que pone el énfasis y la mirada en los materiales. Una exploración de formas de construir que conjuguen nuevas tecnologías y técnicas ancestrales en favor de un menor impacto ecológico.

Ciudad y comida pone el foco en la relación entre alimentación, territorio y ciudad, en las consecuencias de nuestros hábitos de consumo y en la visibilización de todos los procesos que una ciudad debe prever para garantizar un abastecimiento de sus habitantes sensible a problemáticas ambientales. Por otra parte, cuestiones de inclusión y equidad, colonización y descolonización, justicia espacial, posiciones y representaciones de clase, género y raza asociadas al urbanismo se tratarán en Ciudad justa, una conversación a cuatro voces en torno a algunas vertientes de lo que podríamos llamar derechos urbanos.

La construcción de las identidades individuales a través de la representación urbana en diversas disciplinas creativas quizá sea un enfoque más específico que el de las otras sesiones mencionadas, pero también sirve para activar debates fructíferos. Quien así lo considere tiene una cita el domingo por la tarde en Gràcia con Ciudad e identitat.

Todas las cuestiones planteadas por estas sesiones, y seguramente algunas otras, son susceptibles de aparecer en Arquitectura y sociedad, una conversación entre dos referentes de la arquitectura como Carme Pinós y Tatiana Bilbao. Una ocasión única para escuchar reflexiones sobre el oficio y su necesidad de vincularse constantemente con la ciudadanía, por el lado de las necesidades y al mismo tiempo por la de los sueños.